En la residencia del embajador de Suiza en la Argentina, Hans-Ruedi Bortis, se presentó la tercera edición del premio “Acciones positivas”, pero fue inevitable tocar el tema del momento. El Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) es un dolor de cabeza para las empresas que están en la Argentina, sean nacionales o extranjeras. Por la falta de dólares que padece la economía, las importaciones tienen que pasar por un filtro que podría definirse como “random”. Las empresas suizas, tan precisas como estables, no escapan a esta situación.
Un ejemplo: pertenece a la Cámara de Comercio Suizo Argentina Just, una empresa dedicada a la cosmética. La única fábrica que tiene la compañía fuera de Suiza está en la Argentina, y de aquí exporta a América, incluyendo a Estados Unidos. Sin embargo, tuvo problemas para importar insumos para luego exportar el producto. Aunque nadie lo dice, siempre está el peligro de la relocalización y con ella, la pérdida de trabajo de calidad. También los suizos tuvieron problemas para ingresar con tubos para Edenor, entre otras situaciones graves.
Las sedes en Suiza aguantan y esperan cambios
La Argentina tiene una balanza comercial positiva con Suiza. En 2022 exportó por US$1089 e importó por US$585, con un saldo positivo de US$503 millones. Suiza compra mayormente oro y plata, y le vende a la Argentina en un 70% productos químicos y farmacéuticos, y luego relojes, joyas. máquinas de precisión y también turbinas de gas, según se puede ver en el Indec. Sin embargo, el embajador dice que el intercambio “podría ser 10 veces más”.
También destaca que, a pesar de la crisis por la que atraviesa el país, ninguna empresa suiza grande se ha ido de la Argentina. “Hay varias compañías que están hace 100 años y hay un potencial tremendo de crecimiento. Hay inversiones importantes aquí. Las sedes en Suiza aguantan y esperan cambios”.
En general, los inversores piden un plan para los próximos 10 años pero los empresarios aquí dicen que esto no existe, se puede hacer un plan para los próximos 5 meses
Ernesto Kohen, presidente de la cámara que reúne a 70 empresas del país europeo añade que “las casas matrices vienen sosteniendo a las empresas suizas en la Argentina desde hace años, ya que no pueden girar dividendos y éstos se acumulan. Hay que romper esta discrecionalidad y poner racionalidad. Algunos economistas hablan de US$50.000 millones de pagos retenidos durante los últimos tres años que no salieron en giros de dividendos”.
Destrabar de a poco
En marzo, el ministro de Economía, Sergio Massa, firmó junto al Embajador Hans Ruedi Bortis, un convenio particular con Suiza para la refinanciar la deuda que la Argentina mantiene con el grupo de países acreedores llamado “Club de París”. Pero el pedido no fue unilateral. El embajador, que dijo que fue a pedido de Massa, contaba con una lista de empresas suizas con las SIRA trabadas y solicitó a Massa que se liberen. Se trataba de 15 empresas con un total de 140 Siras sin aprobar para insumos y productos clave. “Son rubros muy sensibles, como el energético, de salud y alimentario. Se entregó el pedido con las Siras mas urgentes para mantener el abastecimiento para el mercado interno”, dijo el embajador en diálogo con periodistas en su residencia de Barrio Parque.
Desde la Cámara Argentina Suiza aseguran que hay infinidad de Siras que todavía no salen y que por eso van pidiendo un máximo de 10 permisos críticos por empresa, porque la lista es “interminable”. Hay empresas que tienen alrededor de 200 Siras en suspenso.
“La situación de las importaciones de las empresas suizas o vinculadas a suiza cambió cuando el Ministerio de Producción pasó a ser una secretaría”, dice Ernesto Kohen, “Entonces se modificó la dinámica de lo que hoy son las Sira. Teniamos un acuerdo tácito, un contacto permanente con el Ministerio de Desarrollo Productivo, ya que las importaciones de nuestras empresas contribuyen a la producción, a la exportación y también forman parte de los bienes de consumo. Cuando cambia de ministerio a secretaria, cambian los interlocutores” (y hubo que volver a empezar).
Desde la cámara suelen llevar el tema al Gobierno para explicar no solo que los permisos están trabados sino para justificar la necesidad de importar. “Nos costó mucho. Al inicio tuvimos una buena relación con el secretario de Comercio Matías Tombolini, pero era más difícil. Pero con el tiempo se fue acercando la relación y hoy tenemos un canal donde justificamos las necesidades y en cierta medida se van resolviendo”, asegura Cohen. “Tuvimos un pico de problemas el año pasado”. agrega. “No hay un tiempo estimado para que se liberen las Sira. El resultado se ve cuando la empresa nos agradece que fue aprobada”, expresa.
Un premio positivo
Con el fin de poner el foco en las cosas positivas y no solo en las preocupaciones, hace 3 años que existe el premio que busca destacarlas. Hasta el 31 de mayo hay tiempo para anotarse en el concurso, que lleva adelante la Cámara de Comercio Suizo Argentina, aunque no es exclusivo solo para los socios de la entidad.
“El concurso tiene como propósito distinguir y dar visibilidad a aquellas personas, asociaciones, fundaciones y empresas que hayan generado un impacto positivo en su comunidad, sea este un pequeño grupo, una empresa o la sociedad en general”, se explica desde la Cámara. “Por ello, la Cámara de Comercio Suizo Argentina invita a individuos y a entidades, a participar presentando un trabajo que refleje una acción positiva desarrollada y ejecutada en Argentina en relación con cualquiera de las siguientes temáticas: responsabilidad y acción social; sustentabilidad y márketing”.
Se puede participar como individuo, empresa grande, pyme o entidad. Hay que “llenar un formulario con tus datos y si corresponde, también incorporar los de tu equipo. Todo participante puede presentar un solo trabajo como autor individual y figurar como coautor hasta en dos trabajos distintos”, se difunde en la convocatoria.
Los ganadores serán anunciados durante la celebración del 1º de agosto del 2023, día de la Fiesta Nacional Suiza. Hay un convenio con la Universidad de St. Gallen, en Suiza, para que algunos de los ganadores expongan su proyecto, y hay un premio en dinero para entidades de $300.000.
El embajador, en un excelente español, explica a La Nacion que “Suiza tiene una visión a largo plazo. Tenemos estabilidad. En lugares donde hay más fluctuación es difícil tener una mirada a mediano o largo plazo. En general, los inversores piden un plan para los próximos 10 años pero los empresarios aquí dicen que esto no existe, se puede hacer un plan para los próximos 5 meses”, finaliza.
Con una inflación interanual del 2,9%, Suiza vive el desborde de la economía argentina. Todavía creen que hay potencial.