Si no se aprende por las buenas, se aprenderá por las malas. Una vez más, llegaron las malas, pero todavía no se aprendió que el peligro de contar con una sola matriz productiva a gran escala es que, cuando falla, se cae la estantería, como sucede en la actualidad.
El año pasado se exportó por US$88.846 millones y se importó por US$81.523 millones. El mayor complejo exportador fue la soja (incluye además del poroto, harina, pellets y aceite de soja), con US$24.868 millones ingresados al país. Representó nada menos que el 28% de todo lo exportado por la Argentina en ese año.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) “con la menor producción en 23 años, el complejo soja aportaría US$ 7300 millones menos que en 2022″. La entidad informa que “el complejo soja es desde hace tiempo el principal generador de divisas en la economía argentina. La participación del complejo en las exportaciones totales nacionales de bienes alcanzó en el año 2016 un máximo histórico, con el 33% del total exportador; es decir, en dicho año el complejo soja generó 1 de cada US$3 en exportaciones del país. A partir de entonces, la participación del sector ha fluctuado, dependiendo de las cosechas y de los precios internacionales, representando en 2022 un 28% del total”.
En segundo lugar, el complejo productivo que más dólares ingresa al país es el maicero (solo grano), que en 2022 vendió al exterior US$9549 millones, y que está en proceso de cosecha sin buenas perspectivas.
En tercer lugar está el complejo petrolero-petroquímico, con US$9297 millones en ventas. Fueron, sobre todo, para el aprovisionamiento de combustibles y lubricantes a buques y aeronaves, según el Indec. Sin embargo, en 2022 la Argentina aumentó sensiblemente sus importaciones de energía, El organismo estadístico destaca que ese año hubo un incremento de compras del 120,2% (US$7025 millones) por mayores adquisiciones de gasoil; gas natural licuado; gas natural en estado gaseoso; y fueloil, entre otras.
En cuarto lugar y en la cima indiscutible del complejo industrial, el automotriz, con ventas por US$8678 millones y una fuerte alianza con Brasil para producir de manera complementaria. Aquí juega la importancia de las importaciones para ingresar autopartes clave para la producción, y la incógnita que genera la alarmante falta de dólares que padece la Argentina. Esta industria es muy fuerte, pero, como todo negocio pujante, tiene siempre el peligro de la competencia y no puede ni debe dar ventajas.
Y en quinto lugar, el trigo (con exportaciones de trigo y morcajo, que es la mezcla con el centeno), que el año pasado generó US$4724 millones para el país, pero que este año cae con fuerza. Las exportaciones de febrero de 2023, mostraron que la caída de US$1222 millones en productos primarios se debió principalmente a menores ventas de trigo y morcajo, (-685 millones de dólares).
Otros complejos relacionados con el campo también traccionan, como la carne, el girasol, la cebada y, por otro lado, la pesca y el oro. Es decir, poco y nada se ve en los primeros lugares otros productos relacionados con la industria. Estos 10 principales productos concentran el 77% de las exportaciones totales del país.
El resto de los productos que se exportan no pasan del 1% de los envíos en términos económicos: el sector siderúrgico (1,4%); el farmacéutico (1,2%), el litio (0,8%), aluminio (0,9%); el textil (0,5%) entre unos pocos más.
Hay que imaginarse un país donde una matriz productiva diversificada, donde la excelencia de la producción de productos primarios sea un par de la producción industrial (una gran generadora de trabajo), para llegar a la Argentina real que todos sueñan.
Gracias por el artículo. Espero que al autor no le importe que lo utilice para mi trabajo del curso.